Liderazgo ágil ¿Mito o realidad?

Liderazgo ágil o Agile leadership es cada vez más necesario en momentos de incertidumbre, complejidad y cambios rápidos. La agilidad empresarial (Bussines Agility) es esencial en un mundo laboral en constante evolución.

Las organizaciones están sometidas a una presión cada vez mayor para responder, servir, innovar y adaptarse rápidamente para conservar a los clientes existentes y atraer a otros nuevos.

En este contexto, la relación líder – empleado también ha cambiado. Los empleados cuentan con un mayor acceso a información interna de la empresa (usando fuentes como Glassdoor o Linkedin), están más capacitados y eligen aquellas empresas con las que se sienten identificados y que les ofrezcan más oportunidades para alcanzar el equilibrio entre trabajo y vida personal.

En este entorno, las empresas deben contar con un liderazgo ágil pero, ¿qué es exactamente el liderazgo ágil? ¿Cómo se manifiesta? ¿Y qué beneficios aporta?

A continuación, te explicamos cómo identificar las cualidades del liderazgo ágil así como los beneficios de aplicar el liderazgo ágil en tu empresa.

Organizaciones ágiles frente a Organizaciones tradicionales

Las organizaciones tradicionales corren el riesgo de “perderse” en la burocracia. Como todas las decisiones importantes vienen de arriba, pueden ser lentas a la hora de tomar decisiones y responder a los cambios.

El riesgo que esto conlleva es muy elevado en términos de pérdida de clientes, cuota de mercado y rentabilidad.

Sin embargo, las organizaciones ágiles, en cambio, se caracterizan por poner a las personas por delante de los procesos. Esto conlleva, descentralizar el poder y reconocer el valor que tiene para las empresas escuchar a los empleados en primera línea, los que están el contacto continuo con el cliente.

De esta forma, cuando se producen cambios en el entorno, las organizaciones ágiles reaccionan con rapidez.

Características del liderazgo ágil

Decir a las personas qué tareas tienen que hacer y las decisiones que tienen que tomar no ayuda, en este entorno cambiante, a sacar lo mejor de cada empleado.

Desde mi punto de vista, la principal característica de un líder ágil es que no se sitúan por encima del equipo, sino que trabajan en un segundo plano para facilitar el trabajo de cada miembro del equipo.

Esto exige, desprenderse de muchos de los rasgos y comportamientos habituales en organizaciones tradicionales. Los líderes ágiles no son los protagonistas, su voz se une a la del equipo y no vale más que la del resto. El liderazgo ágil huye del micromanagement, del control de lo que hace cada persona, de buscar culpables, cuando los procesos no funcionan.

El liderazgo ágil se esfuerza por producir los resultados deseados para la empresa.

Los líderes ágiles priorizan la creación de equipos fuertes. Conocen las fortalezas de los miembros de su equipo y facilitan el trabajo para aprovecharlas. Cuando un empleado no alcanza sus objetivos de rendimiento, los líderes ágiles saben cómo crear un plan de mejora del rendimiento para que alcance un mayor desempeño.

Los líderes ágiles buscan la mejora continua. Si hay una forma más eficiente de trabajar, una cultura de liderazgo ágil encontrará la forma de optimizar los procesos.

Por otro lado, los líderes ágiles animan a los empleados a compartir ideas y experimentar. Reconocen que los empleados son capaces de aportar innovaciones importantes, por lo que generan el espacio adecuado y escuchan cuando los empleados aportan ideas.

Los equipos ágiles funcionan con altos niveles de autoorganización. El liderazgo ágil desplaza el equilibrio de poder de su ubicación central en la dirección a repartirse de forma más equitativa por toda la organización. Como resultado, los empleados y los equipos puedan organizan y optimizan sus propios flujos de trabajo.

Los líderes ágiles son analíticos, por lo que los datos cuantitativos impulsan sus procesos de toma de decisiones. Se basan en hechos y resultados medibles, no en corazonadas.

El liderazgo ágil también capacita a las personas para tomar decisiones basadas en sus propios conocimientos. La comunicación es transparente, de modo que los empleados disponen de la información que necesitan para tomar decisiones rápidas con confianza.

En una organización ágil, una estrategia bien pensada y revisada con frecuencia es el verdadero norte de la empresa. Dirige las prioridades de los empleados, desde todos los niveles de la organización. La transparencia es clave: Cada colaborador debe conocer la estrategia básica de la empresa y cómo su trabajo se relaciona con ella.

Beneficios del liderazgo ágil

Son muchos los beneficios asociados al liderazgo ágil, por lo qué vamos a destacar los principales. El liderazgo ágil permite:

• Mejor autoorganización y, con un líder ágil que comparte sus conocimientos, la adopción de mejores prácticas organizativas más eficientes en todos los equipos y/o departamentos.
• Fomentar la autonomía y resolución de problemas. En lugar de esperar a que otros resuelvan los problemas, cada persona busca soluciones.
• La creación de una cultura organizativa orientada al valor a través del empoderamiento de sus empleados.
• Un apoyo y una colaboración más reflexivos y mutuamente beneficiosos entre los líderes y otros miembros del equipo.
• Mejora de la eficacia de las comunicaciones, la gestión del tiempo y la capacidad de respuesta para abordar los problemas.
• Aumento de la motivación, ya que los empleados reciben apoyo activo y la oportunidad de participar, por ello, se sienten inspirados a tener un impacto significativo en las operaciones diarias.
• Se anima a todo el mundo a hacer oír su voz y compartir ideas. En ese sentido, una transformación ágil y una mentalidad de crecimiento pueden ayudar a los miembros del equipo a convertirse en líderes ágiles, al operar de una manera más autogestionada.
• Las organizaciones con líderes ágiles y, por extensión, un equipo ágil, se adaptan más fácilmente al cambio y son capaces de superar juntos los obstáculos.

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